Acabamos de estrenar año, y lo primero es desear a todos los lectores un muy feliz y próspero 2016. Para Historias de Samuráis se presentan 365 días de lo más ilusionantes. El blog está aún en pañales, pero a lo largo de este 2016 lo iremos alicatando y poniendo bonito para que llegue a ser un sitio decente. ¡Permanezcan en sintonía!

Los samuráis no se cogían fiesta el 1 de enero, ya que en el antiguo Japón funcionaban con el calendario lunar y, por tanto, para ellos regía el año nuevo chino, que entra a finales de enero o principios de febrero. Pero como este es un blog hispano, celebramos el año nuevo solar y, cuando toque, el lunar también. ¡Que no se diga! Cualquier excusa es buena para tomarse unas copitas de sake caliente y montar jolgorio. Además, este 2016 es el año del mono, y eso son palabras mayores. Porque el «mono» más famoso de la Historia de Japón es, sin duda, Toyotomi Hideyoshi, un personaje del que hablaremos bastante por aquí.
El apodo de mono le venía desde jovencito, y probablemente se lo puso su jefe Oda Nobunaga cuando Hideyoshi no era más que un humilde paje a su servicio. Se conoce que los rasgos faciales del buen hombre no eran muy agraciados, precisamente, y Nobunaga tampoco era de los que se andan con eufemismos. Viendo los retratos de la época, no parece que anduviera desencaminado con el mote.

Sea como fuere, aunque el apodo de mono se le ha quedado para los restos, en vida de Hideyoshi dudamos de que mucha gente se atreviera a llamárselo a la cara. El que empezó su carrera como un soldadito raso en pocos años era uno de los generales más laureados del clan Oda y, poco después, el amo y señor de Japón. Eso es medrar en la vida, y lo demás tonterías. Hideyoshi es un tipo fascinante y polifacético, capaz de las gestas más increíbles y a la vez de las crueldades más tremebundas. Hemos hablado de su lado oscuro en otras ocasiones, ya sea de sus expeditivos métodos de mantener el orden público o de sus infructuosas campañas contra Corea. Pero el personaje tiene historias para dar y tomar, y aquí iremos contando muchas de ellas. Sin ir más lejos, una de sus victorias más sonadas, el asedio al castillo de Takamatsu (que rindió desviando el curso de un río para inundarlo por completo), empezó a gestarse, precisamente, en el año nuevo de 1582. Hablaremos de ello en detalle próximamente. De momento, quédense con el nombre: Toyotomi Hideyoshi, el mono samurái que cambió la Historia de Japón.
Lo dicho, ¡feliz año del mono!
Amigo, me he leido casi todo el blog y me encanta. ¿Para cuando un artículo del Taiko?
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¡Muchas gracias por tus palabras! Me alegro de que te gusten nuestras historias. De la vida y milagros de Hideyoshi hemos hablado en bastantes artículos, sobre todo en el del sitio de Takamatsu (https://historiasamurai.com/2016/03/22/el-castillo-flotante-de-takamatsu/), y seguiremos haciéndolo porque el buen hombre da para mucho. Dedicarle un artículo en plan biografía no lo veo, porque se haría muy largo, pero seguirá siendo un habitual de este blog, ¡eso tenlo por seguro! ;)
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jajajaja, tienes razón, este blog casi que tendría que dejar de llamarse «Historias de samurais» para pasar a llamarse «Vida y obra de Hideyoshi», jajajajajajajajaja
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Ja ja ja, no te falta razón. Pero que conste que aquí somos más de Nobunaga (aunque no se note mucho).
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¿¿¿¿De verdad crees que no se nota mucho??????jejejeejeejejje
Nobunaga y Hideyoshi tenian una relacion muy particular, de señor y vasallo, pero tambien de dos mentes complementarias que se respetaban. ¡¡¡Qué època tan sorprendente que dió al mismo tiempo tres figuras como Ieyasu, Nobunaga y Hideyoshi!!!
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Huy, pues con Nobunaga no hemos ni empezado siquiera, ¡anda que no nos quedan cosas por contar de él…! Jajaja. Pero, para desintoxicar un poco de tanta era Sengoku, para los proximos artículos vamos a tocar otras épocas y personajes. Ya habrá tiempo de volver a los tres grandes (Nobunaga, Hideyoshi, Ieyasu) más adelante. Aunque coincido contigo en que cualquiera de ellos tiene entidad suficiente como para dedicarles un blog enterito en exclusiva. A mí, particularmente, empezó a gustarme de verdad la Historia japonesa gracias a las andanzas de estos tres señores. :D
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