Gaugamela, Lepanto, Waterloo, Stalingrado… La historia de la humanidad está llena de batallas que marcan un punto de inflexión, un antes y un después sin el cual no se entendería el mundo que vino después. La de Okehazama es una de ellas. Uno de esos momentos en los que, aun sin que sus propios protagonistas puedan saberlo, se decide el destino de millones de personas para los siglos venideros.
El choque que enfrentó a las legiones del poderoso clan Imagawa con el pequeño ejército de los Oda en los valles de la provincia de Owari, cerca de la actual Nagoya, iba a trazar un rumbo nuevo en el devenir de Japón. Tras Okehazama, se abriría por fin el camino a la unificación nacional, después de casi un siglo de desórdenes y continuas guerras civiles. Aquel día de junio de 1560 iba a ser el principio del fin de la sangrienta era Sengoku. Continuar leyendo «Okehazama: guerra relámpago en el Japón feudal»